La Comisión Europea ha lanzado su propuesta para la creación de un Supervisor
Único Bancario que transferirá las competencias de supervisión y
regulación bancaria nacionales al Banco Central Europeo (BCE). La propuesta
invita además a países que no forman parte de la zona euro a integrarse en este
nuevo modelo de supervisión bancaria.
Según el texto, Bruselas otorga al
BCE la capacidad de controlar a todos los bancos europeos, independientemente
de su tamaño, dado que "las experiencias recientes han mostrado que
incluso las entidades relativamente pequeñas han provocado con sus dificultades
un impacto negativo en la estabilidad financiera de todo el sistema".
Desde el primer día que entre en
vigor esta norma, el BCE tendrá capacidad de controlar los bancos que han
recibido ayudas públicas. El 1 de julio de 2013 su supervisión se extenderá a
las entidades más grandes de la eurozona y en enero de 2014 la supervisión afectará ya a todos los bancos.
Esta propuesta choca con el deseo de Alemania de que el
control bancario se limite únicamente a las entidades más grandes. Según
el ministro de Finanzas germano, Wolfgang
Schäuble, las entidades locales y regionales deberían permanecer bajo la
supervisión nacional, en un intento de proteger los intereses de su país, receloso de poner en manos del BCE los
balances de sus entidades regionales, de cuya solvencia existen serias dudas en
el mercado.
El BCE se dotará de una mayor
capacidad de intervención y podrá pedir a cualquier entidad que tome medidas
preventivas en caso de que detecte amenazas para su viabilidad y la del
conjunto del sistema financiero. La
nueva autoridad también podrá dar fichas bancarias, frenar una determinada
inversión y vigilar que cada banco cumpla con los requisitos de capital
establecidos por ley. También tendrá en sus manos autorizar o bloquear
ciertos cambios en los consejos de administración y tendrá en su mano imponer
multas y sanciones.
No obstante los supervisores nacionales continuarán teniendo algunas competencias de
control, como las relativas a protección del consumidor o la lucha contra el
blanqueo de dinero. También tendrán competencia para seguir haciendo
análisis de las entidades in situ, pero deberán informar al BCE si detectan
alguna anomalía.
"El supervisor deberá poder
llevar a cabo su tarea de control con absoluta independencia", dice el
texto, que obliga al Eurobanco a separar claramente las tareas de política
monetaria con las de supervisión bancaria. Para
más información clip aquí.
Fuente: El Mundo.es
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