El español Amancio Ortega, dueño de
la mundialmente famosa cadena de moda Zara, desplazó al estadounidense Warren
Buffet como el tercer hombre más rico del mundo, con una fortuna de US$46.600
millones, indicó un informe de Bloomberg.
A pesar de la crisis en España, la fortuna de Ortega, de 76 años, aumentó
este año en 32%, según el índice que maneja la firma de análisis financiero.
La respuesta a esta aparente contradicción entre la situación en su país
-acosado por un desempleo de más del 20%- y los ingresos registrados tiene una
respuesta muy sencilla: Bloomberg atribuye el incremento de la riqueza del
magnate español a la apertura de tiendas en mercados emergentes como China.
Ortega ha sido mucho menos fotografiado que los dos hombres que lo superan
en el ránking de multimillonarios: el mexicano Carlos Slim y el estadounidense
Bill Gates (la fortuna de Slim supera a la del español en US$27.600 millones).
Covadonga O'Shea, su biógrafa, señaló que "siempre ha tratado de
guardar su intimidad, por un tema muy personal. Su ilusión, como me ha repetido
más de una vez, es pasear tranquilo por La Coruña y por el mundo sin que nadie
lo conozca".
Taller de confecciones
El imperio empresarial de Ortega empezó con un negocio sencillo en el
noroeste de España.
Hijo de un empleado ferroviario, dejó la escuela a los 13 años y empezó a
trabajar como vendedor en una tienda de camisas.
Cuatro años después, en 1972, fundó un pequeño taller de confecciones que
fabricaba batas para señoras en La Coruña, Galicia.
Su grupo, Inditex, incluye la mundialmente conocida cadena Zara, que inició
en 1975 y se expandió a Portugal en 1988, a Estados Unidos en 1989 y a Francia
en 1990. Luego pasó a América Latina.
Otros negocios son la marca Bershka y la firma Massimo Dutti, dirigida a
sectores de más recursos.
Como señala el periodista de la BBC Juan José Robledo, Ortega también ha
dejado como legado un principio que fue el motor de su actividad empresarial.
"Cuando comenzó fabricando batas en una pequeña tienda de La Coruña
(Galicia), al joven tímido y serio de entonces se le ocurrió que la ropa de
diseño no tenía por qué ser sólo para ricos".
Para O'Shea, el secreto de Ortega es que "ha democratizado la
moda".
Pero en los últimos años, el nombre de Zara se vio involucrado en casos de
trabajo esclavo o condiciones laborales muy precarias en países del Tercer
Mundo como Brasil y Bangladesh.
En ambos países Inditex explicó que se trataba de empresas contratistas y
exigió el cierre de esas fábricas y se comprometió a reforzar los controles en
su cadena de producción.
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