Con el fantasma de la recesión económica atormentando al Viejo Continente donde las próximas 72 horas podrían ser decisivas, el impacto en el resto de economía es más que evidente. La desaceleración que ya se respira a este lado del Atlántico podría comenzar a transformarse en en una contracción económica este mismo verano.
Según señala el analista de Deutsche Bank, Jim Reid, pronostica que si el actual ciclo económico en Estados Unidos cumple con la misma longitud y dinámica que los analizados durante los últimos 158 años, es decir un total de 33 ciclos, "la próxima recesión debería comenzar a finales de agosto".
Si el presente ciclo es de una longitud media, alrededor de 39 meses según los datos analizados por el banco alemán, "la próxima recesión debería comenzar a finales de agosto", determina el banco que añade que el Congreso y la Casa Blanca podrían desafiar esta teoría siempre y cuando encuentren una forma de mantener o reducir el déficit presupuestario y mantener la flexibilidad fiscal.
De momento, según las previsiones que baraja el banco alemán, "la mayor incertidumbre sobre las perspectivas económicas a corto plazo está pesando sobre el gasto de las empresas, que deberían estar creciendo a un ritmo mucho más rápido debido", señalan.
Esta debilidad es una de las razones por las que la tasa potencial de crecimiento de la economía de EEUU ha disminuido notablemente en los últimos años. Así, el potencial de crecimiento del PIB puede estar sólo alrededor del 1,5 por ciento, en estos momentos.
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