En este breve artículo se describe el círculo vicioso
de la economía y la importancia que tiene que un país tenga control de su
moneda.
Un alemán llega a un hotel rural en el oeste de
Irlanda, en medio de la nada, junto al mar. Llueve y hace frío. El alemán sale
de su Audi y entra en el hotel. Está vacío. Está claro que nadie ha dormido en
él en meses. "Es por la crisis", le dice el dueño. "Pues yo
estoy pensando pasar la noche aquí, pero quiero ver las habitaciones
primero", dice el alemán. "De acuerdo, pero tiene que dejar un
depósito de cien euros. Éste es un hotel 'boutique' y cada habitación es
diferente", replica en irlandés. El alemán le da un billete de cien euros
y sube al primer piso.
El dueño del hotel entonces sale corriendo con el
billete y va a ver al médico del pueblo. Le da cien euros que
le debía de una consulta en la que le había curado una enfermedad venérea. El
médico agarra el billete y se va corriendo al 'pub' y salda una cuenta que
tiene allí de cien euros por unas copas que no había pagado.
El dueño del 'pub' le paga a una prostituta que
trabaja el local cien euros que le debía porque la chica atrae clientes y ésa
es su comisión. La
prostituta agarra los cien euros, se va corriendo al hotel y le paga al dueño
cien euros que le debía por haber usado una habitación con un
cliente.
Cuando la chica acaba de marchar, el alemán baja por las escaleras y dice: "La verdad es que no me convencen las habitaciones". "Como usted quiera, señor", responde el hostelero, y le da los cien euros. La crisis se ha acabado en ese pueblo. Los bancos prestan dinero (créditos) y también piden prestado (depósitos y mercado interbancario). El problema es cuando hay demasiados prestamos y alguien deja de devolverles el dinero. Entonces, descubrimos la cruda realidad del pueblo irlandés. En el caso de España se ha descubierto lo que sintieron Argentina y otros países que fijaron su moneda al dólar. Es una cesión de soberanía total, que hace buena la frase del titular de este artículo, y que se ha atribuido a Mayer Amschel Rothschild, el fundador de la dinastía de los Rothschild.
A fin de cuentas, nadie pedía permiso a EEUU para
pegar su divisa al dólar, mientras que la Unión Monetaria fue un proyecto
promovido y dirigido por Alemania y Francia.
Ahora, sin embargo, Angela Merkel nos está explicando a todos
que el euro es una divisa alemana y que ellos son los que mandan. Son los que
mandan hasta el punto de que, según informaba ayer 'The Wall Street Journal', los reguladores de todo el mundo están
estudiando retrasar la entrada en vigor de las nuevas reglas de capital de los
bancos (los llamados 'Acuerdos de Basilea III') para que el
sistema no explote. Más información en (www.elmundo.es)
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